17.9.06

¡Buenas noticias!

Para aquellos que me tenían pena o se preocupaban por mi, les tengo buenas noticias.

¡Tengo un par de nalgas nuevas y VOLUMINOSAS!

Sí, aunque no lo crean. Gracias a los avances médicos hoy día dispongo de un par de nalgas fenomenales. Se acabaron los traumas y el evitar ciertas piezas de ropa que me hacían ver como si una tabla hubiese planchado mi derrière por completo.

No, no me hice nada plástico ni estoy envuelta con nadie que haga ese tipo de intervenciones cirujanísticas. Resulta que hace 4 meses que decidí cambiar de método contraceptivo porque ya no conseguía hacer que mi cerebro recordara todas las noches que debía tomar una pastilla. Entonces mi doctora me recomendó el anillo mágico.


Me dijo que este anillo poseía el mismo tipo de hormonas que la pastilla, así que no corría riesgo de experimentar efectos secundarios no deseados si con la pastilla nunca los había tenido. Yo, confiada y desesperada por deshacerme de las enfermas pastillas, le creí y salí corriendo de su consultorio receta en mano a la farmacia más cercana a comprarme el anillo salvador.


Llegué a casa, y siguiendo todas las instrucciones al pie de la letra, introduje el susodicho por donde es debido. Resultado: cuatro meses después, mis nalgas no tienen las mismas dimensiones. Éstas gozan de un volumen digno de mis raíces africanas y son objeto de admiración de... bueno, vamos a mencionar sólo los confirmados... del macho que vivie en mi palacio.

Sin embargo, y este es la bemol de la historia, voy a tener que comprarme urgentemente brasieles, brassieres, corpiños, sostenes, dos tamaños más grandes que los actuales: no leí las letras chiquitas...

De vuelta al desbalance.




Texto : M.A.